Llega la época del año en la cuál el exceso de calor nos deshidrata con mayor rapidez y nos reseca la boca creándonos una sed constante que, a veces, puede resultarnos hasta insaciable. ¿No te ha pasado alguna vez que has ido a beber un vaso de agua bien fresquita y a los dos minutos has tenido que ir de nuevo porque no se te ha calmado la sed? Ante estos casos, una buena cervecita o un zumito bien frío siempre suelen ser infalible.
Gracias a Trnd he descubierto una bebida de lo más sano que no tiene ni calorías ni azúcares y te quita la sed con tan sólo un par de tragos. PERRIER es una marca de agua mineral natural con gas premium extraída del manantial Les Bouillenes, en Francia, que refresca 100% garantizado. El gas que tiene cada botella también es extraído del mismísimo manantial. La marca tiene 150 años de historia por lo que se consolida como un gran experto en este tipo de bebidas, perfecta para cualquier momento del día -sobretodo para los días excesivamente calurosos- y lista para tomar sola o acompañada. Yo recomiendo tomarla con limón ya que el toque cítrico le va bastante bien a esta refrescante bebida natural. Esta bebida es baja en sodio y bicarbonato lo que le da un sabor único y bastante peculiar. Se recomienda beber bien frío pero no añadir hielos, y la verdad es que no hace mucha gracia beberla a temperatura ambiente porque pierde bastante y su sabor se hace un tanto... intragable.
Hay varios formatos de Perrier que se pueden encontrar en el mercado a diferentes precios:
Hay varios formatos de Perrier que se pueden encontrar en el mercado a diferentes precios:
- Botella de vidrio 330 ml: 0,85 €
- Botella de plástico 500 ml: 0,86 €
- Botella de vidrio 750 ml: 1,29 €
- Botella de plástico 1 l: 1,12 €
- Lata 250 ml: 0,57 €
El pack que nos llegó a todos los participantes para testar constaba de:
- 24 botellas de Perrier (330 ml)
- 1 guía de proyecto con información exclusiva
Al principio era bastante escéptica con este tipo de bebidas porque una vez probé el agua con gas y no me gustó nada de nada. Tenía un sabor de lo más desagradable y no pude pasar del primer trago. Me estuve mentalizando para cuando llegase y me tocara probar, de hecho, hasta mi madre decía que le iba a costar probarlo porque seguramente supiese bastante mal. Pero para nuestra sorpresa, cuando llegó y metimos varias botellas al refrigerador, tras unas cuentas horas para que estuvieran bien frescas, probé una y no me desagradó como me había imaginado. Vale que su sabor es algo raro, pues es simplemente agua de manantial, lo único que las burbujas de CO2 que es el gas que tiene, le da un toque como amargo que no gusta a todo el mundo. El caso es que puedo decir que me gustó este agua con gas y me refrescó lo suficiente para quitarme la sed durante varias horas junto con el calor sofocante que hacía en ese momento. Hasta a mi madre la gustó, eso que era bastante difícil. Por otro lado, tuve diversidad de opinión entre mis contactos probadores. Algunos mostraron repulsión desde el primer trago, pero la mayoría quedaron conformes con los resultados refrescantes del producto de lo más satisfactorio.
